Un caso muy interesante de los conflictos que puede haber en un testamento cuando existen distintos parentescos entre los herederos, es el de Emilio El Tigre Azcárraga, cuyos herederos provenían de cuatro familias o relaciones distintas.
Según su testamento, fechado el 18 de enero de 1996 y dado a conocer por la revista Proceso, don Emilio decidió repartir la mayor parte de su fortuna, conformada por el paquete accionario de Televisa, dividiéndola equitativamente entre sus cuatro hijos, la cuarta esposa y su pareja sentimental (cada uno, 16.66%).
Como las acciones que recibieron los herederos tenían derecho de voto, esa decisión les obligó a negociar y ponerse de acuerdo entre sí. Y no sólo en materia de la adjudicación de la herencia, sino que también debían tomar decisiones colegiadas, junto con los demás integrantes de la asamblea de accionistas y del consejo de administración de Televisa.
Imagínense la escena: sentados en la misma mesa los hijos (las dos hijas de la segunda esposa y los dos hijos de la tercera esposa), la cuarta esposa y la novia, decidiendo el destino de una de las empresas más importantes de México, que ya cotizaba en Wall Street y en la Bolsa Mexicana de Valores.
Para hacer más melodramática la telenovela, apenas un mes antes de su fallecimiento, en una memorable aparición en el noticiero 24 Horas, conducido por Jacobo Zabludovsky, el patriarca Azcárraga, ya muy disminuido, ungió oficialmente, desde Los Ángeles, California, a su hijo Emilio como cabeza del conglomerado.
La decisión fue polémica, pues Emilio Jr. tenía tan sólo 29 años de edad y apenas había empezado a trabajar cerca de su padre un par de años atrás, pues por alguna razón don Emilio lo había mantenido lejos y en puestos menores. Otros funcionarios tenían mucha mayor experiencia, pero Azcárraga Milmo optó finalmente por su vástago.
El problema no fue el nombramiento en sí, sino que, al hacerlo con tan poco tiempo de anticipación, Emilio Jr. no contaba con la legitimidad ni el apoyo de todos los accionistas para cumplir su función. Afortunadamente, a pesar de su corta experiencia y edad, Emilio Jr. resultó ser un gran administrador, pues logró sortear la grave y prolongada crisis que surgió entre familiares, accionistas y acreedores inmediatamente después de la muerte de su padre.
Por eso insistimos en que debe analizarse cada caso para identificar todas las alternativas disponibles. En situaciones como la del ejemplo presentado, quizás pueda evitarse que los integrantes de distintas familias se vean obligados a realizar operaciones financieras o empresariales conjuntas mediante fideicomisos, o bien, dejando instrucciones precisas a los albaceas en el testamento.
Otra hubiera sido la historia si don Emilio le hubiera asignado a su hijo un paquete especial de acciones con derecho a voto y a los demás herederos acciones sin voto. El hecho de que sea una empresa pública que cotiza en la bolsa obliga a actuar de manera institucional y también a garantizar los intereses y derechos de los socios minoritarios y de los que no tienen voto.
En fin, es sencillo criticar los eventos una vez ocurridos, pero las adversidades ocurridas en este caso se pudieron haber evitado en gran medida con una mejor planeación hereditaria. Por eso, en Mento diseñamos planes personalizados que te ayudarán a conocer mejor sobre el tema para tomar decisiones más asertivas.
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